La Plaza de San Pedro del Vaticano

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La Plaza de San Pedro es el imponente portal de entrada a la Ciudad del Vaticano. Con una extensión de unos 35.000 metros cuadrados, esta plaza ocupa casi la décima parte del territorio nacional del Vaticano. Descubre en este artículo lo que puedes ver aquí y lo que debes tener en cuenta durante tu visita.

Sobre la Plaza de San Pedro

Hubo que esperar casi 30 años tras la finalización de la impresionante Basílica de San Pedro en 1626 para que el Papa Alejandro VII encargara la correspondiente remodelación de la explanada. Así, en 1656, comenzaron las obras a cargo del maestro Gian Lorenzo Bernini, cuya duración fue de unos once años. En 1667 se inauguró solemnemente la plaza de San Pedro.

Ciudad del Vaticano

Visitar la Plaza de San Pedro

La Plaza de San Pedro está abierta por el este (único lado no delimitado por columnatas) y es de libre acceso. No hay que hacer cola en controles de seguridad ni se requiere de entrada, por lo menos durante los días normales. Únicamente se controla el acceso a la plaza los días festivos o cuando se celebra la audiencia papal, que suele tener lugar todos los miércoles.

Qué ver en la Plaza de San Pedro

Las dimensiones de la Plaza de San Pedro, con forma de elipse, son gigantescas: Mide 240 metros de ancho y 196 metros de largo. Cuando el Papa imparte su bendición «Urbi et orbi» aquí en Semana Santa, pueden llegar a escucharle hasta 400.000 fieles. Pero, incluso cuando el pontífice no está, hay muchas cosas que ver en esta plaza:

Las columnatas como brazos laterales

Los lados norte y sur de la Plaza de San Pedro están delimitados por columnatas, las cuales también trazan los límites del Estado de la Ciudad del Vaticano. En total son 284 columnas de 20 metros de altura cada una. Estas columnatas simbolizan los brazos extendidos de la Iglesia que ofrecen protección a los fieles en la Plaza de San Pedro. Las columnatas están coronadas por un total de 140 estatuas creadas por el propio Bernini con sus alumnos. Muestran a papas, mártires y otras figuras religiosas.

Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano

El obelisco en el corazón de la plaza

Ya en el año 37 d.C., el emperador Calígula hizo traer de Egipto a Roma el coloso de 25,5 metros de altura. Aquí engalanó su hipódromo privado (más tarde también conocido como el «Circo de Nerón»). Así, el obelisco permaneció durante más de un milenio y medio en ese lugar, hasta que el Papa Sixto V decidió, en 1585, reubicarlo justo delante de la Basílica de San Pedro, que estaba en construcción.

Plaza de San Pedro, Roma

Este proyecto gigantesco supuso casi cinco meses de trabajo, además de la fuerza de 900 hombres y un buen centenar de caballos. Pero se logró, y así el gigante de piedra ha estado en el corazón del Vaticano durante casi 500 años. El obelisco se eleva más de 41 metros sobre la plaza.

Las fuentes a la izquierda y a la derecha de la plaza

Las dos fuentes de la plaza podrían parecer gemelas, pero más de 60 años las separan. Mientras que una de ellas fue creada por Carlo Maderno antes de la finalización de la Basílica de San Pedro, su homóloga no se construyó hasta 1677 a petición de Bernini y bajo la dirección de Carlo Fontana. Había un motivo especial para ello: Bernini quiso una segunda fuente a la misma distancia del obelisco para así restablecer la simetría.

La Plaza de San Pedro, el Vaticano

La Basílica de San Pedro: la iglesia más importante del mundo

Naturalmente, la plaza está presidida por el centro del Estado Vaticano: la Basílica de San Pedro, la iglesia más importante para los cristianos de todo el mundo. Fue construida a lo largo de 120 años, y maestros como Bernini y Miguel Ángel desempeñaron un papel importante en el diseño del magnífico edificio. La entrada a la catedral es por las columnatas de la derecha; la cola es siempre larga y difícil de pasar por alto debido a los enormes controles de seguridad. Si no quieres hacer cola, plantéate contratar una visita guiada a la basílica.

Leer más sobre la Basílica de San Pedro en Roma

¿Merece la pena la visita a la Plaza de San Pedro en Roma?

Si, la plaza es espectacular, y para ser realistas es inevitable pasar por aquí si visitais Ciudad del Vaticano. Visitar el Vaticano es visitar está plaza y por supuesto esta es una parada que debería estar en el plan de viaje de todos los viajeros. En general, nosotros recomendamos reservar un día para descubrir los principales puntos de interés de esta ciudad estado, con los Museos Vaticanos, la Plaza de San Pedro y la Catedral y su cúpula como puntos principales.

Profilbild Laura Haig
Sobre la autora

Me encanta viajar por Europa y me apasiona escribir sobre mis viajes. Las peculiaridades culturales de cada región siempre me fascinan. Disfruto explorando y descubriendo los secretos mejor guardados de cada ciudad o pueblecito. Me gustan tanto los viajes por carretera como las escapadas urbanas; me fascina visitar una galería de arte, pero también la magia de los musicales o descubrir nuevos manjares en un mercado callejero. ¡En este Blog plasmo todas mis aventuras viajeras y mis mejores trucos y consejos!

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